martes, 24 de marzo de 2015

La democracia made in Usa


Los primeros inmigrantes llegados de Europa al pisar este territorio huyendo del hambre y las guerras religiosas, creyeron haber llegado a la tierra prometida: grandes extensiones de tierra, inmensas riquezas de todo tipo (es uno de los graneros del mundo), dos océanos, mayoría blanca, lugar  de estaciones. Todo esto y mucho más lo tomaron como si Dios hubiera
predestinado este país a ser un gran imperio, y no lo pensaron dos veces, de aquí en adelante todas sus actividades están encaminadas a ese fin. Para ello levantan dos consignas que definen su perfil como nación: “América para los americanos”, que convierte el resto de América en su patio trasero; frase despectiva y humillante pero que recoge con suma crueldad el propósito de este país para el resto de América, a tal punto que no hay país de este continente que no haya sentido su zarpazo. Para no ir lejos el despojo del canal de panamá de Colombia, lo dice todo.


La otra: “el destino manifiesto”, se interpreta como si el resto del mundo debe girar alrededor de sus directrices, porque es lo mejor que se ha inventado para gobernar las naciones y obtener la mayor felicidad posible, ya que tiene la venia del poderoso divino, esto lo toman los gobernantes de Estados Unidos como un mandato, una cruzada, un deber ser. De esta concepción el imperio sacará su mejor tajada, aunque esta teoría simplemente la democracia de mercado que pasa por alto las características de cada país, su idiosincrasia, su historia, su cultura; es homogenizar el planeta, crear un mundo unipolar regido por Estados Unidos; lo cual a traído tantos estragos y desastres  al mundo, donde la esperanza de paz se esfuma.

Así los multimillonarios de este país construyen un sistema social a su imagen y semejanza, donde el poderoso señor don dinero es el que decide que es bueno, que es malo; que es erróneo, que es correcto; que se acepta, que se rechaza. Es decir, es la última palabra en todo. Con este criterio se mide todo lo que pasa al interior y más allá de las fronteras, es un maniqueísmo llevado al extremo. A esto llaman democracia, lo demás se sataniza.

A las altas esferas del estado no llegan sino los de la clase media alta hacia arriba, el acceso a alguno de los poderes – ejecutivo, legislativo y judicial -, es excesivamente costoso, inaccesible para la clase media y baja… es el gobierno de los ricos y para los ricos. Una representación gráfica de este sistema, es la pirámide: En una arista está el congreso conformado por multimillonarios, en la otra, las transnacionales, y cerrando esta figura, el pentágono. No saliéndonos de aquí, de lo ya dicho, podemos afirmar que al gobierno de los Estados Unidos lo manejan poderosos lobys, representantes del gran capital, que deciden la suerte del país en cualquier esfera. Estos son: El loby Judío, el loby industrial y el complejo militar. He ahí a Estados Unidos de cuerpo entero con su democracia.

Como en cualquier organización dentro de ella se presentan matices, temperamentos, puntos de vista diferentes pero jamás contradictorios, y para ello se crearon dos partidos políticos. El Republicano: representa lo más radical, dogmático, belicista, racista, violento, de corte fascista.

Los demócratas: más abiertos al dialogo, ven el punto de vista contrario, no creen que la confrontación sea siempre la solución; pero jamás renunciaran a emplear todos los medios posibles incluyendo la vía armada, cuando presiente que su sistema está en peligro. En esto trabajan juntos.

¿Y el pueblo, las mayorías? Vive narcotizado por los medios de comunicación mediáticos, que siempre presentan este sistema como el modelo a seguir e inclusive a exportar. Sus grandes fallas y quiebres, se  silencian, se invisibilizan. La meta es ¡trabajar, trabajar y más trabajar!   Con la esperanza de que algún día se podrá ser como un gran potentado; algo difícilmente alcanzado y en pocas personas.

Como es el país más analfabeta en cuestiones políticas, menos informado, con medios de comunicación comprometidos con el gran capital, su interés en este campo es mínimo, de ahí su gran abstención en materia electoral.

¿Hasta cuando esta gran pasividad en lo político por las grandes mayorías?.

¿Este es el tipo de democracia que Estados Unidos quiere exportar para todo el mundo?    

Norberto Betancourt O.

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